En esta
publicación me gustaría compartir algunas ideas que me dejó la lectura del
primer capítulo del libro Camino de servidumbre de Friedrich Von Hayek. El
autor explica, a manera de introducción al capítulo, cómo los avances y el
progreso que día a día ocurren en la sociedad no siempre nos conducen a una
mayor libertad, justicia y prosperidad.
Podríamos decir
que el ser humano ha ido caminando a lo largo del tiempo bajo una especie de
prueba y error. Esto quiere decir que en cada momento se enfrenta a
circunstancias distintas y cada decisión que toma lo hace de la mejor manera
posible en base a sus propios juicios y experiencias. Sobre esto, Hayek
escribe: “Estamos dispuestos a aceptar cualquier explicación de la presente
crisis de nuestra civilización excepto una: que el actual estado del mundo
pueda proceder de nuestro propio error y que el intento de alcanzar algunos de
nuestros más caros ideales haya, al parecer, producido resultados que difieren
por completo de los esperados”.
Era natural que Hayek
pensara de dicha manera ante la predominancia de Estados totalitarios que se
vivía en aquella época y que se reflejaba en la condición de laissez-faire en que vivía la población
en general.
Recordemos que
muchos de los Estados totalitarios tomaron sus ideas en el socialismo de Marx y
Engels cuyos fundamentos teóricos se basaban en el establecimiento de una
sociedad organizada y planificada, tanto en aspectos sociales, así como
económicos, para garantizar la igualdad en condiciones y el bienestar común de
todos sus habitantes. La RAE (Real Academia Española) define socialismo como: “sistema
de organización social y económica basado en la propiedad y administración
colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes”.
Como contraparte,
Hayek argumenta que es imposible planificar el bien común, es decir, que exista
una fórmula para garantizar el bienestar y la equidad en todos los habitantes.
Es más, expone que la planificación de la economía y la sociedad, por parte del
Estado, tienden al totalitarismo. Algunos ejemplos pueden verse en los
gobiernos de Hitler, Stalin y Mussolini.
Para Hayek, en
Estados totalitarios, aquellos que definen por completo el rumbo de los países
(políticas económicas y políticas sociales), se pierde el concepto de la
libertad humana, que es en donde florece el individualismo que impulsa a la
persona a desarrollarse plenamente acorde a sus preferencias. A criterio de
Hayek, solo bajo el goce de la libertad humana es que se ha desarrollado la
ciencia, el arte, la industria, etc.
A manera de
conclusión, considero que Hayek escribe este capítulo para exponer sus ideas de
cómo el hombre abandonó el camino de la libertad y se condujo por un camino de
abandono al adoptar ideas socialistas que condujeron al establecimiento de gobiernos
totalitarios. Me gustaría creer que las ideas de Hayek nunca fueron en contra
de la búsqueda del bien común, en contra de una sociedad en condiciones iguales
y próspera, sino en recalcar que el dar por completo el poder a un ente
planificador de la sociedad sólo puede conducir al bienestar de unos pocos y a
la pérdida de las libertades de la gran mayoría. Esto también fue expuesto por
otras escuelas de pensamiento económico como la escuela de la elección pública
(public choice) que decía que en realidad las personas que trabajan para el
gobierno nunca velan por el bien común, sino que anteponen sus intereses.
Aquí concluyo
esta publicación de las ideas que me dejó el primer capítulo del libro Camino
de servidumbre de Friedrich Von Hayek. Espero volver pronto al blog para
compartir, ya sea sobre el segundo capítulo o sobre cualquier otro tema de
interés que se me venga a la mente.
¡Hasta pronto!
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